La ilustración judía, la Haskala, desde finales del siglo XVIII hasta principios del siglo XX, fue el detonador de una amplia gama de movimientos religiosos, culturales y políticos, que en un inicio se desarrollaron en Europa, después migraron a los Estados Unidos y después se propagaron al resto de las comunidades judías, incluyendo el Estado de Israel. Las principales corrientes son:
Los ortodoxos: Sostienen que la Torá Escrita y la Torá Oral (el Talmud) fueron reveladas por Dios directamente a Moisés, por lo que los mandamientos que ambas contienen son obligatorios e inmutables. Consideran el Shuljan Aruj de Josef Caro como la codificación definitiva de la ley judía (halaja). Están a su vez divididos en dos grupos: el primero son los Haredim, quienes rechazan la modernidad y viven segregados de la sociedad que los rodea. El segundo son los ortodoxos modernos, quienes aceptan la modernidad sin dejar de cumplir con la halajá.
Los conservadores: (Movimiento Masorti). Sostienen que la Torá es una creación del hombre con inspiración divina. Aceptan que los mandamientos de la halajá son obligatorios, pero que estos pueden modificarse por un cuerpo colegiado de rabinos, para adaptarse a las nuevas circunstancias, sin dejar de ser congruentes con los valores originales del judaísmo. Enfatizan que el judaísmo está en evolución constante, como lo demuestra su propia historia. El movimiento acepta que tanto hombres y mujeres tienen los mismos derechos en el ámbito religioso.
Los reformistas. También llamados liberales o progresistas, consideran que es optativo el cumplir con los mandamientos de la halaja, pero enfatizan el cumplimiento de los preceptos éticos de la Torá y de los profetas bíblicos. Consideran a todos como iguales para efectos religiosos y en sus rezos utilizan más el lenguaje del país que el hebreo. Para ellos, la Torá fue escrita por el hombre.
Los reconstruccionistas. Surgido en Estados Unidos, consideran el judaísmo como una civilización en evolución progresiva. Para ellos, la razón de cumplir con la halaja es más por su valor histórico que por obligación. Los cambios en leyes y costumbres son decididos por cada comunidad. La Torá no fue inspirada por Dios, sino que es el producto del desarrollo histórico y social del pueblo judío, a quien le corresponde el tomar un papel activo y participativo en su evolución.
Pero estos no son la única opción. En Estados Unidos han surgido otros movimientos. Uno es el de Renovación (Jewish Renewal) que enfatiza conceptos cabalísticos y jasídicos, junto con un extenso uso de la música. Otro es el judaísmo Humanista, que ofrece una visión no teista (sin Dios) y consideran el judaísmo como la experiencia histórica y cultural del pueblo judío. Uno más es el judaísmo Tradicionalista, que surge de un grupo de sinagogas y rabinos conservadores que se desligan de ese movimiento cuando otorga igualdad de derechos a las mujeres, incluyendo el poder estudiar para ser rabinos. Un cuarto es el judaísmo ortodoxo abierto (Open Orthodox), que aspiran a que la mujer tenga un papel más predominante, inclusive hasta el ejercer como rabinos.
Aparte de la opción religiosa tenemos: el judaísmo secular, que se aparta por completo del ámbito religioso, el sionismo, la expresión nacional de la identidad judía, especialmente presente en Israel y que tiene muchas facetas (inclusive religiosas) y por último el judaísmo cultural, que se expresa en las creaciones culturales del pueblo judío.
El menú judío es muy rico en opciones. Puedes ser: haredi, ortodoxo moderno, conservador, reformista, reconstruccionista, renovador, humanista, tradicionalistas, ortodoxo abierto, secular, sionista o cultural. Algunos sólo escogen un plato, pero a otros les gusta de todo un poco.
Por Marcos Gojman.
Bibliografía: Jewish Encyclopaedia y otras fuentes.