Regina Jonas nació en Berlín en 1902. Su padre, un comerciante, fue probablemente su primer maestro. Su pasión por la historia judía, la Biblia y el hebreo era notoria desde la preparatoria, donde sus compañeros la recuerdan hablar de convertirse en rabino. En esto la apoyó especialmente el rabino ortodoxo Max Weil, con quien se reunía una vez por semana para estudiar literatura rabínica. En 1923 pasó su examen de bachillerato e ingresó a un seminario de maestros, lo que le permitió enseñar la religión judía en escuelas de niñas en Berlín.
En 1924 se inscribió en la Escuela Superior de la Ciencia del Judaísmo. Jonas era la única alumna que aspiraba ser ordenada como rabino. Sus compañeras sólo buscaban convertirse en maestras. Eduardo Baneth, profesor de Talmud en la Escuela Superior, fue el supervisor de su tesis. El tema fue: “¿Puede una mujer tener la posición de rabino?”. Su trabajo (1930) fue el primer intento de encontrar una base halájica para poder ordenar mujeres como rabino.
En su tesis, Jonas combinó la argumentación halájica con una actitud moderna. No siguió la postura reformista que había abandonado la halaja. Prefirió buscar la igualdad de género en las fuentes tradicionales judías. El rabinato femenino debería entenderse como una continuación de la tradición. Con esto, Jonas se separó tanto de la postura ortodoxa, que no aceptaba la igualdad de sexos en este tema, como de la postura reformista que pretendía ser el único defensor de los derechos de la mujer. En la última página escribió: Nada halájico, sólo el prejuicio y la falta de familiaridad, se oponen a que una mujer pueda ejercer como rabino”.
Su tesis recibió la calificación de “Bueno”. Su maestro Eduardo Baneth falleció poco tiempo después y su sucesor Hanokh Albeck no tuvo la voluntad de ordenarla, por lo que Regina se graduó como maestra de religión. Trabajó en varias escuelas de niñas. Con todo no cesó en su intento de ser ordenada como rabino. Finalmente, en 1935, el rabino Max Dienemann, director ejecutivo de la Conferencia de Rabinos Liberales aceptó ordenarla. Su diploma decía: “En vista de que he visto que su corazón está con Dios y con Israel y de que dedica su alma a ese fin y que respeta a Dios y que ha pasado el examen en materia de leyes religiosas, por lo tanto yo certifico que está calificada para contestar preguntas de leyes religiosas y tiene el derecho de ostentar el título de rabino y que Dios la proteja y la guíe en todo su camino”.
Pocos años pudo Regina ejercer como rabino. Fue empleada como consejero pastoral rabínico en 1937 por la comunidad judía de Berlín. Empezó a predicar en sinagogas liberales hasta que en 1942 fue deportada junto con su mamá al campo de concentración de Theresiendstat. El 12 de octubre de 1944 fueron deportadas a Auschwitz donde murieron asesinadas ese mismo día. En los archivos de Terezin se conserva un documento escrito a mano intitulado “Sermones por la única mujer rabino Regina Jonas. Lo firmó: “Rabi Regina Jonas, oriunda de Berlín”.
Por Marcos Gojman
Bibliografía: Fräulein Rabbiner Jonas, por Elisa Klapheck y otras fuentes.