74 El sello de “Hecho en Babilonia”.

La comunidad judía de Babilonia data desde finales de la época bíblica y se origina en las deportaciones de judíos de la Tierra de Israel que siguieron antes y después a la destrucción del Primer Templo (586 AEC). Tras la conquista helénica de Oriente, los judíos de Babilonia, como sus hermanos en Eretz Israel, vivieron primero bajo el dominio de los Seleucidas y después fueron súbditos del Reino de Partia, una federación integrada por principados feudales, que les dio cierta autonomía ya que, siempre y cuando dieran su apoyo en tiempos de guerra, los gobernantes no se metían en sus asuntos internos.

Es después de la destrucción del Segundo Templo (70 EC) y de la revuelta de Bar Kojba (132-135) cuando grupos de sabios de Eretz Israel emigraron a Babilonia, sin duda a raíz de la persecución religiosa que siguió a manos de los romanos. Aunque Eretz Israel seguía siendo el centro donde se decidían los asuntos de práctica religiosa, como el orden del calendario hebreo, con el tiempo y con la continua campaña de Roma de acabar con el Judaísmo, esta función, a mediados del siglo III, había pasado a las academias de estudio (yeshivoth) en Babilonia.

Fue en esas academias donde se empezó a redactar el Talmud Babli. Los sabios y sus discípulos interpretaban la Mishnah en discusiones orales que se transcribían tal cual. Por eso estos textos no llevan una relación sistemática y concisa. Las conversaciones se transcribían con todo lo que en una conversación podía pasar, incluyendo temas que no tenían relación con el punto principal o comentarios que se salían por la tangente. Se dice que el Talmud Babli es como el mar: inmenso en su tamaño, con profundidades ocultas y sin una forma específica.

De acuerdo a los estudiosos, el Talmud de Babilonia, a diferencia del de Jerusalem, con el tiempo se convirtió en “El Tamud”, como resultado de que Babilonia era ya el principal centro de estudio de la Torah. Las academias de Sura y Pumbedita, sus maestros y sus enseñanzas fueron aceptados como la autoridad rabínica suprema para toda la diáspora. El hecho de que el Tamud Jerusalmi se había terminado 150 años antes, le dio una ventaja al Talmud Babli, ya que por ser posterior, le daba una mayor autoridad en caso de discrepancias.

El Talmud Babli es un almacén de información relacionada con la vida misma, las costumbres, creencias y supersticiones tanto de los judíos como de los no judíos. Es una fuente de historia, medicina, astronomía, comercio, agricultura, magia, botánica, zoología y otras ciencias. Cuando finalmente fue completado, se convirtió en el texto básico utilizado en las academias de todo el mundo judío. Pero el ponerlo por escrito (más de 2.5 millones de palabras) fue una tarea titánica, ya que no existía la imprenta en aquel entonces. Pueden imaginar que las copias a mano implicaban errores, cambios y adiciones con lo que se hacía difícil el canonizar un texto definitivo. La invención de la imprenta en el siglo XV ayudó a mitigar en parte el problema. Pero aun así, a pesar de las muchas ediciones, siempre ha tenido el sello de “Hecho en Babilonia”.

Preparado por Marcos Gojman.
Bibliografía: Encyclopaedia Judaica y “Babylonian Rabbinic Culture” del profesor Isaiah Gafni, parte del libro “Cultures of the Jews” editado por David Biale.

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