76 ¿Quién quiere llevar el rezo?

Inicialmente, la función del Sheliaj Tzibur (el que lleva el rezo) fue creada por una necesidad práctica que se originaba cuando se rezaba en público. En vista de que los rezos no se habían puesto por escrito, además de que mucha gente no se los sabía de memoria, se necesitaba que alguien estuviera bien versado en esta materia y dirigiera las plegarias. Esta persona debía decirlas en voz alta, de manera que los demás pudieran repetirlas después de él o pudieran escucharlo y contestar “Amen” al final de cada bendición. Posteriormente y aun cuando ya muchos se sabían los rezos, se necesitaba del Sheliaj Tzibur para aquellos que no se lo sabían. Por esta razón se decretó que, después de que los participantes terminaran de rezar en silencio la Amidah, el Sheliaj Tzibur tenía que repetirla en voz alta. Este es el origen de “Hazarat ha Shatz”, la repetición de la Amidah por el Sheliaj Tzibur.

La repetición en voz alta de la Amidah era aún más importante en las fiesta judías, especialmente en Rosh Hashana y Yom Kipur, porque en ellas la Amidah tenía cambios y adiciones y poca gente la podía recitar de memoria. Sin embargo, con el tiempo y al ponerla por escrito y reproducirla en forma de libros impresos, que inclusive eran usados para enseñarle los rezos a los niños, la repetición de la Amidah continuó simplemente como una tradición y ya no como una necesidad práctica. En su época, Maimónides decidió que se debía de abolir esa repetición, ya que todos los participantes habían rezado la Amidah en silencio. Sólo en Egipto y algunos países, que respetaban la autoridad de Maimónides, le hicieron caso y suspendieron la repetición de la Amidah. Esto no duró mucho tiempo y pronto se retomó la costumbre de repetirla. La repetición de la Amidah ya había adquirido un significado adicional de complementar y elevar el rezo en público.

Con el tiempo y en la medida que la gente podía rezar usando un libro impreso, el Sheliaj Tzibur se escogía de entre los miembros de la congregación y solía ser alguien que le gustaba dirigir el rezo. Esta función fue poco a poco desempeñada por ciertas personas que pasaban más tiempo en la sinagoga desempeñando varias funciones. Este individuo pronto se convertiría en el Jazan. Así, la función de llevar el rezo en público pasó de ser una mera necesidad práctica a ser una función de realce y embellecimiento del rezo. La gente esperaba que el Jazan tuviera buena voz y adornara los rezos con bellas melodías, además de convertirse en el emisario de las plegarias de la congregación hacia Dios.

En las sinagogas conservadoras y reformistas la Amidah no siempre se repite en voz alta. Usualmente se dice en voz alta la parte que contiene las primera tres bendiciones y el resto se dice en silencio. Esto lo hacen también en las sinagogas ortodoxas en algunas ocasiones.

En el fondo, dirigir un rezo es una forma más intensa de acercarnos más a Dios. Que dices, ¿quieres llevar el rezo?

Preparado por Marcos Gojman
Bibliografía: “A Guide To Jewish Prayer” del Rabino Adin Steinsaltz.

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