Desde la época de la Mishnah (siglo II, EC), cuando algún judío tenía una duda o un problema importante, ya sea religioso o de cualquier otra índole, éste solía escribirle a un rabino de su elección quien a su vez le respondía por escrito, basando su respuesta en citas tomadas de la Biblia, el Talmud, comentarios de los sabios o códigos de leyes judías. A estas preguntas y respuestas se les llama “Responsas”. Hoy en día se conocen más de 9,000 volúmenes con más de 300,000 responsas. No se conocen responsas de épocas anteriores a la Mishnah, ya que era costumbre en esos tiempos no poner por escrito comentarios sobre los mandamientos de la Torá.
Esencialmente las responsas se referían a problemas surgidos de nuevas condiciones, para las cuales no se podía encontrar una respuesta directa en el Talmud, la autoridad final en ley judía. Para contestarlas, los rabinos cuestionados trataban de descubrir analogías en el Talmud o en códigos legales y de vez en cuando hasta en las mismas respuestas de otras responsas.
Los rabinos que contestaban las preguntas no habían sido nombrados por algún organismo oficial. Se consideraba que estaban calificados para responder, simplemente cuando sus colegas los consideraban una autoridad confiable. Obviamente muchos de los temas ocasionaron debates entre los mismos rabinos.
En las yeshivot había un procedimiento para contestar las preguntas. Primero se leían y se discutían en el pleno de la yeshivah y al concluir el debate, el escribano ponía por escrito lo que el director de la yeshiva le dictaba y la firmaban sus miembros más antiguos. Las preguntas urgentes las decidía directamente el jefe de la yeshiva.
Como el judaísmo no tiene una estructura jerárquica, pues no tiene una autoridad suprema reconocida por todos, en el mundo ortodoxo una responsa tiene más o menos peso dependiendo del prestigio del rabino que la escribe. El judaísmo conservador sí tiene un comité especial que se dedica a estudiar estos problemas y a definir una postura unificada mediante un edicto o takanah.
Las responsas indirectamente nos dan un retrato de lo que era el judaísmo en cada época y los problemas que les preocupaba. En la antigüedad no solo eran preguntas de carácter religioso, sino también cuestiones médicas y científicas. En el siglo XV se preguntaban si un get, acta de divorcio, tenía la misma validez impreso que escrito a mano. En el siglo XIX las dudas estaban relacionadas a la ley civil y a asuntos financieros. En el siglo XX las preguntas eran sobre el Sionismo, el Estado de Israel y cuestiones derivadas de las nuevas tecnologías como el encender una luz eléctrica en shabat. En este siglo XXI las dudas son sobre trasplantes de órganos, inseminación artificial, etc.
Las responsas es el mecanismo que le permite al judaísmo actualizarse, dando respuestas a las nuevas situaciones. Esto lo mantiene joven. Así que si no sabes, es muy bueno que preguntes.
Por Marcos Gojman
Bibliografía: Artículos de Jay M. Harris, Rabbi Louis Jacobs y otras fuentes.