238. Tevilat kelim, cuando se olvida el verdadero sentido de una regla halájica.

Tevilat Kelim es la halajá que regula la inmersión de utensilios culinarios en una mikveh. Se origina en la Torá, en Números 31, cuando Dios le ordena a Moisés acabar con los madianitas, un pueblo pagano que estaba contagiando su idolatría a los hebreos. Después de la batalla, Moisés instruye a los guerreros a purificarse y a hacer lo mismo con “todas las prendas de vestir, artículos de cuero, productos de cabra y recipientes de madera.” Y dicen los versículos 21-23: “Entonces el sacerdote Eleazar dijo a los hombres de guerra que habían ido a la batalla: “Este es el estatuto de la ley que Dios ha ordenado a Moisés (refiriéndose al botín de guerra): el oro, la plata, el bronce, el hierro, el estaño y el plomo, todo lo que resiste el fuego, pasarán por el fuego y será limpio, pero será purificado con el agua para la impureza. Pero todo lo que no resiste el fuego lo pasarán por agua”.

La Mishneh, en el tratado Masejet Avodah Zarah, interpreta este pasaje así: El que compra un utensilio a un pagano (“haoved cojavim”, el que adora a las estrellas), el que normalmente está sumergido en agua, debe sumergirse; el que normalmente se hierve, debe sumergirse en agua hirviendo; el que normalmente se calienta en fuego hasta que esté al rojo vivo, se debe calentar al fuego. Y la Guemará dice: Y todos requieren inmersión en cuarenta “seah” (la cantidad de agua).

El Shuljan Aruj, en el tratado Oraj Jaim, en el capítulo 37, enumera las reglas relativas a Tevilat Kelim, incluyendo la bendición que debe pronunciarse al hacerlo. Y esas reglas profundizan en el detalle: por ejemplo, distinguen lo que debe hacerse dependiendo del material de que están elaborados, pues los de vidrio y metal se sumergen, pero los de madera no. También si se compraron y/o fueron elaborados por paganos (se sumergen) o por judíos (no se sumergen), o si se compraron (se sumergen) o sólo se pidieron prestados (no se sumergen). Y explican que no todos los utensilios culinarios deben sumergirse, entre otras cosas.

Y las reglas del Shuljan Aruj a su vez fueron posteriormente expandidas aún más por autoridades religiosas ortodoxas. El sitio de internet Halachipedia enumera más de 40 normas para Tevilat Kelim: específica al detalle el procedimiento para la inmersión, cuando decir o no la bendición, que utensilios requieren sumergirse, que hacer con utensilios desechables o con eléctricos como un tostador o una cafetera, o cuando compramos un alimento envasado en vidrio y que se consume directamente del envase, como los refrescos o los jugos de fruta. Además, en estos sitios ya no se habla de utensilios fabricados por idólatras, sino simplemente por cualquiera que no sea judío.

El comité de leyes y estándares de los rabinos conservadores, después de una deliberación aprobada por unanimidad, concluyó que no se requiere hacer Tevilat Keilim, al menos que se sospeche que el objeto fue elaborado por un idólatra, como sería el caso de una vasija proveniente de la antigua Roma. Ellos concluyen que es prácticamente imposible saber quién fabricó el utensilio, que ahora se hacen mezclando materiales que requieren o no inmersión y que la regla fue para los guerreros y no para todo el pueblo. En cambio, el judaísmo ortodoxo va agregando nuevas normas cada vez más minuciosas. El resultado es una complejísima maraña de reglas difíciles de cumplir. Y eso pasa cuando olvidamos el verdadero sentido del mandamiento.

Por Marcos Gojman.

Bibliografía: Resolución del comité de leyes y estándares judíos de los rabinos conservadores, el Kitzur Shuljan Aruj, artículo sobre Tevilat Kelim de Halachipedia y otras fuentes.

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