Rabí Aharon Yaakov Greenberg, en su colección de ensayos sobre la Torá “Itturei Torah”, cita a “Beit Aharon”:” Cada judío (y cada persona) debe saber y pensar que es único en el mundo, y que nunca hubo nadie exactamente igual a él. Si hubiera habido alguien como él, no habría habido necesidad de que venga al mundo. Cada persona es alguien nuevo en el mundo y su deber es mejorar todos sus caminos, hasta que todo Israel (y todo el mundo) haya alcanzado la perfección.”
Rabí Dovid Rosenfeld dice: “Dios en su infinita sabiduría se ocupó de que no haya dos personas iguales. Y por lo mismo, Dios no quiere que todos nosotros le sirvamos de la misma manera. Él no está interesado en 7 mil millones de personas idénticas una con otra. Él nos hizo, a cada uno de nosotros, único. Debemos descubrir nuestra propia individualidad, dirigirla hacia el Dios que nos formó y transformar el mundo en un lugar de belleza, armonía y diversidad.”
Dice el rabino David Golinkin sobre el pueblo judío: «Se supone que debemos estar unidos, pero eso no significa que todos tengamos que pensar y actuar de la misma manera. Es la unidad contra la uniformidad, y la uniformidad nunca ha sido el punto «, dice Golinkin. “La idea de que existe una “talla única” de judaísmo que nos queda a todos y que por lo tanto todos deberíamos hacer lo mismo y actuar de la misma manera, se opone a todo lo que la historia judía nos enseña”.
Rabí Sacks escribe: “No hubo un solo asentamiento judío en la Edad Media, que no tuviera sus propios minhagim y piyutim (costumbres y poemas litúrgicos). En los siglos XVIII y XIX, cada grupo hasídico y yeshivá tenían su propio estilo, sus propias nigunim (melodías), su propio derej ha-limud (forma de estudiar), sus propios modelos a seguir, su propia tonalidad espiritual. El camino de Ger no era el de Jabad; el de Volozhyn no era el de Mir”.
Rabi Yehuda haNasi dijo: “¿Cuál es el camino correcto que una persona debe elegir para sí misma? Cualquier cosa que le traiga gloria a sí mismo [ante Dios], y le otorgue gloria ante los otros.”
Soren Kierkegaard, pensador danés y padre del existencialismo religioso, al hablar acerca de las grandes religiones, dice: «La mayor prueba de la decadencia de esas grandes religiones, es el número prodigiosamente grande de seguidores que tienen la misma mentalidad». Rabí Nathan Lopes Cardozo añade: “Cuanto más judíos se comporten de la misma manera y tengan creencias idénticas, mayor es la prueba del deterioro de su judaísmo.”
Si cada quien decide su manera de comer, de vestir, de pensar, de hablar, de amar, ¿Por qué tenemos que ser iguales, por no decir idénticos, en materia de identidad y religión? Al Shtei Raglaim busca darte las herramientas para que tú puedas encontrar tu propio judaísmo y puedas contestar las preguntas de tú examen sobre tu identidad judía, sin que tengas que copiarle a otro.
Por Marcos Gojman.
Bibliografía: Artículos de los autores citados.