4.2 Identidad Judía: el modelo ultra ortodoxo o haredí, un estado dentro de otro Estado.

Rabi Yehoshua Pfeffer define a los judíos ultra ortodoxos o “haredim” como aquellos que sostienen que para preservar la integridad de lo que ellos consideran “el verdadero judaísmo” hay que desconectarse del mundo exterior y de su realidad, y practicar el máximo aislamiento en relación a la cultura, la práctica y los valores del mundo que los rodea.

Para la comunidad haredi, nos explica Pfeffer, lo importante son sus instituciones y no el individuo, quien debe sacrificar su individualidad en favor de lo colectivo. El judaísmo haredi está diseñado para que sólo se pueda practicar encerrado en su entorno, en sus yeshivot, sus sinagogas y demás instituciones comunitarias. Para lograrlo, cuentan con una estructura social propia, reglas que definen su mundo en asuntos como la educación, la justicia interna, la beneficencia y la cultura, y donde el gran rabino es la autoridad máxima. Consideran la autonomía comunitaria como algo esencial, poniéndola muchas veces por encima de la sociedad general a la que pertenecen.

El rabino Irving Greenberg considera que los haredim interpretan de forma literal el concepto bíblico que dice que Dios controla y decide todo lo que pasa en este mundo. Absolutamente nada sucede si no es por Su Voluntad. Creen firmemente que mientras los hombres complazcan a Dios haciendo mitzvot, Dios los premiará. Por eso, la teología haredí ve en todas las catástrofes naturales o humanas, el castigo divino por no cumplir con sus mandamientos. Por lo mismo, la otra cara de su moneda es la enseñanza haredi que dice que, si cumples Sus Preceptos, Dios te mantendrá a salvo. «Los que son agentes que hacen una mitzvá no serán perjudicados». (Talmud Pesajim 8B). Esta actitud no es más que una muestra de pensamiento mágico. La magia afirma que, a través de ciertas palabras o acciones, en este caso, la fe o los comportamientos religiosos, Dios está «obligado» a hacer lo que el practicante quiere, dice Greenberg. Ellos creen que el estudio de la Torá y los textos rabínicos les garantiza una protección y preservación especial.

Algunos grupos de judíos haredim, como los jasidim de Satmar o los de Neturei Karta, se oponen a la existencia del Estado de Israel, alegando que no fue creado por el Mesías, sino por el hombre, quien actuó en contra de la voluntad de Dios. Pero el verdadero fondo de su postura es otro. El rabino Pfeffer lo explica con una anécdota: En una ocasión le preguntaron al líder de uno de los partidos religiosos de Israel, que pasaría si después de una elección, los partidos religiosos tuvieran la mayoría en el parlamento israelí. Primero dijo que eso jamás podría suceder y luego añadió que inmediatamente llamarían al presidente de los Estados Unidos para pedirle que Israel sea el estado número 51 de la Unión Americana.

El mundo haredi no puede cumplir por si solo las funciones de un estado independiente. Para sobrevivir, dependen de un estado superior que los cobije bajo su manto. Alguien que se encargue de llevar a cabo todas esas tareas que se requieren para que el estado funcione todos los días, incluyendo shabat. Actividades como la defensa del país, el cuidado de la salud, la recolección de impuestos, la construcción de infraestructura, la educación profesional, etc. En las yeshivot ultra ortodoxas no preparan a su gente para nada de eso. El modelo de identidad judía haredí tiene limitaciones, sólo puede existir como un “estado” dentro de otro Estado.

Por Marcos Gojman

Bibliografía: Artículos de los rabinos ortodoxos Irving Greenberg y Yehoshua Pfeffer.   

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