En el libro de Éxodo 33:13 Moisés le pide a Dios: “…si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca…” La pregunta es una de esas preguntas existenciales: ¿Por qué a veces a gente buena le va mal y a gente mala le va bien?
En el tratado Berajot del Talmud, 1:7, nuestros sabios lo intentan explicar y en una primera instancia nos dicen que dependiendo de cómo fue el padre de la persona así le va a ir al hijo. Si la persona es buena y el padre no lo fue, entonces a la persona le va mal y viceversa. Pero la misma Guemara no acepta esta respuesta: ¿Cómo puede ser que la fortuna de una persona dependa de las acciones de su padre? La Guemara intenta ofrecer otra explicación: quizá esa persona no es completamente buena o no es completamente mala y por eso le va mal a la primera y bien a la segunda.
Y la discusión entre nuestros sabios continúa hasta que finalmente Rabi Meir dice: “En realidad Dios no le da una respuesta a Moisés. En Exodo 33:19 Dios le dice “Yo favoreceré a aquel que yo escoja favorecer y seré clemente con aquel que yo escoja ser clemente” lo que quiere decir que inclusive con aquel que no se merezca que Dios sea clemente con él, Él puede serlo. Esta respuesta nos recuerda lo que Rabi Yannai dice en Pirkei Avot 4:19: “No sabemos comprender por qué los malos gozan durante su existencia y por qué los justos sufren durante su vida”.
En su libro: “Cuando cosas malas le suceden a gente buena”, el rabino Harold S. Kushner, después de conocer el diagnóstico de la terrible enfermedad de su hijo Aarón de tres años de edad, se pregunta: “Yo creía que estaba siguiendo los caminos de Dios y haciendo Su trabajo. ¿Cómo le puede estar pasando esto a mi familia? Si Dios existe, si El solo fuera un poco justo, no se diga amoroso y clemente ¿Cómo pudo haberme hecho esto a mí? Y Kushner mismo contesta: “No debemos preguntar, como lo hizo Job: “¿Dios, porque me haces eso?” sino que deberíamos decir: Dios, mira lo que me está pasando. ¿Me puedes ayudar? Debemos buscar a Dios no para que nos juzgue o nos perdone, no para que nos premie o nos castigue, sino para que nos dé fuerza o nos reconforte.”
He sido testigo de cómo gente que se dice religiosa le atribuye la desventura de otro a su falta de cumplimiento de las mitzvoth. Nada más equivocado. En realidad, no comprendemos por qué la vida no es justa, porque para entenderlo tendríamos que conocer los caminos de Dios. Y ni Moshe Rabeinu los conocía.
Preparado por Marcos Gojman.
Bibliografía: Tratado Berajot, The Art Scroll Series, Mesorah Publications, LTD y del libro de Harold Kushnier “When bad things happen to good people”.