58 Leer de una manera literal.

Muchos lectores contemporáneos de la Torá se frustran porque han estado expuestos a un método de interpretación de la Biblia que entiende los textos de una manera literal. Por eso, si Breishit dice que Dios creó a la mujer de la costilla del hombre, o si dice que la serpiente hablaba , o que ese anciano vivió algunos cientos de años, los que lo ven de una manera literal interpretan que la historia es exactamente lo que dicen las palabras del texto. Y esa manera de entenderlo literalmente, lo aplican a todas las palabras y frases de la Biblia.

Aparte de que el texto bíblico que se usa habitualmente puede ser una de las varias versiones disponibles y que muchos de los que la leen usan traducciones ya que no conocen el hebreo original, los lectores contemporáneos deben entender que leer la Torá de forma literal, puede llevar a ideas erróneas.

Inclusive, los antiguos rabinos, que creían que la Torá nos fue dada por Dios, no tomaban el texto de una manera literal. Lo tomaban con seriedad, pero siempre buscaban algo más que su significado literal. Se dieron cuenta que en la Biblia abundaban metáforas sutiles y alusiones, que habían juegos de palabras y otros recursos literarios, que algunas veces hablaban de forma satírica y que su poesía no podía estar sujeta a una sola interpretación. También estaban de acuerdo, sin temor a equivocarse, de que los estudiosos podían estar en desacuerdo entre ellos al tratar el significado de alguna parte de la Torá.

Al leer la Torá debemos tener en mente que lo que el autor dijo en su tiempo a sus contemporáneos, dentro de su propio marco de referencia intelectual, es una cosa y lo que generaciones posteriores hicieron con el texto, los que contribuyeron con sus comentarios y sus sermones, es otra. Esta larga tradición de entender el Libro como un prisma, descubriendo a través de sus facetas un gran espectro de ideas, hace a la Torá una obra única.

La Torá además de su significado original y de las interpretaciones surgidas a través de los siglos, también tiene relevancia en nuestros días. Por ejemplo, la historia de la torre de Babel, que por muchos años se interpretó como un ejemplo de la arrogancia humana, hoy nos advierte de los efectos deshumanizantes de la vida urbana.

Lo importante de la Torá está, más que en las historias que nos cuenta, en las preguntas que deja sin contestar. Esa forma de no contarnos el final, de dejarlo abierto, el no darnos una única respuesta,  es la puerta que queda abierta para las generaciones del futuro que escucharán esas mismas palabras de una manera diferente y contestarán también de una manera diferente. Pero pueden estar seguros que no será de una manera literal.

Preparado por Marcos Gojman.

Bibliografía: The Torah, a Modern Commentary, de un texto de W. Gunther Plaut.

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