241. Gershom Scholem: el misticismo es lo que verdaderamente le da vida al judaísmo.

Gerhard Scholem (1897-1982) nació en Berlín, en el seno de una familia judía asimilada a la cultura alemana. Su padre, Arthur Scholem se opuso a los deseos de su hijo de estudiar materias judaicas, pero gracias al apoyo de su madre, Betty Hirsch Scholem, pudo estudiar hebreo y Talmud con un rabino ortodoxo. En 1915, Gerhard ingresó a la Universidad Frederick William donde estudió matemáticas, filosofía y hebreo. Ese año conoció a Walter Benjamin, con quien tuvo una entrañable amistad que desafortunadamente terminó con la muerte de éste durante el Holocausto. En la universidad, Scholem conoció a Martin Buber, Shmuel Yosef Agnon, Jaim Najman Bialik, Ahad Ha´am y a Zalman Shazar. Gerhard terminó especializándose en lenguas semíticas, título que obtuvo en la Universidad Ludwig Maximilians en Munich. Su tesis doctoral fue sobre Sefer ha Bahir, probablemente el libro más antiguo que se conoce sobre Kabalá.

Atraído por el sionismo e influido por Martin Buber, Scholem emigró en 1923 a la Tierra de Israel, donde cambió su nombre a Guershom. Ahí se dedicó al estudio del misticismo judío, trabajó como bibliotecario en la Biblioteca Nacional y llegó a ser el jefe del Departamento de Hebreo y Judaica. Posteriormente ingresó como maestro a la Universidad Hebrea de Jerusalém, donde enseñó Kabalá y misticismo judío, labor a la que dedicó el resto de su vida.

Guershom buscó enseñar esas materias con un enfoque diferente a como se hacía antes. No estaba de acuerdo de cómo lo habían hecho los seguidores del movimiento “Wissenschaft des Judentums”, la Ciencia del Judaísmo, quienes, según él, presentaban al judaísmo desde un punto de vista estrictamente racional, muy al estilo de las universidades alemanas. Guershom les criticaba el hecho de que estudiaban al judaísmo más como algo muerto que como un organismo vivo, además de olvidar que las bases del judaísmo tenían una parte que no se podía explicar racionalmente y eso era lo que hacían de él algo vivo.  Él decía que los aspectos míticos y místicos del judaísmo eran el núcleo verdaderamente viviente del mismo y eran tan importantes como la parte racional, inclusive más que las minucias de la halajá.

Guershom Scholem es conocido como el fundador del estudio moderno de la Kabalá, la rama del pensamiento judío que busca la verdad última sobre la naturaleza de Dios, del bien y del mal, y del papel de la humanidad en el cosmos. George Prochnik dice que para Scholem, la Kabalá preserva el marco del monoteísmo, al tiempo que derrumba el ídolo de que hay una sola verdad monolítica. Scholem solía citar a Isaac Luria, un místico del siglo XVI que decía: “Cada palabra de la Torá tiene seiscientas mil caras, es decir, significados, uno por cada uno de los hijos de Israel que estuvieron al pie del Monte Sinaí. Cada cara, cada significado, se dirige hacia sólo uno de ellos; sólo ese hijo puede verlo y descifrarlo. Cada uno tiene su propia manera de entender la Revelación Divina».

Guershom Scholem estaba convencido, nos dice David Biale, que la modernidad, al ver todo a través del cristal de la razón, había logrado que el misticismo judío prácticamente dejara de existir. Así como en la época premoderna, la Kabalah había sido una fuerza vital dentro del judaísmo, especialmente con los jasidim, hoy en día, con contadas excepciones, su presencia en el espíritu judío se ha visto disminuida. Y en contra de eso Guershom Scholem luchó toda su vida, pues para él, el misticismo es lo que verdaderamente le da vida al judaísmo.

Por Marcos Gojman.

Bibliografía: Artículos de George Prochnik, David Biale y otras fuentes.

 

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